4/3/09

Hogar dulce hogar

Hoy abrimos una nueva entrada para hablar acerca de los refugios de montaña, aquellas casas que encontramos perdidas por la montaña y que a muchos nos sirven como un recurso de emergencia o punto de descanso para partir nuestra aventura en dos o más etapas.
En el Pirineo sobretodo, y en los sitios de montaña en general podemos encontrar estos hogares donde ,si están guardados, podemos comer, ducharnos, dormir tranquilamente e incluso aprender.

Además, estos puntos sirven, en muchas ocasiones, como puntos de enlace entre montañero y grupos de rescate donde gracias a los medios de comunicación (ya sea el teléfono o la RADIO) pueden contactar con los servicios de emergencia y sacarte del apuro.

Pero hoy quiero ir más allá.
Quiero hacer una mención especial a los hombres de la montaña. Los guardianes de estos refugios que con tanto cariño y dedicación me han tratado siempre que he estado en sus casas. Su trabajo hace del colectivo que sabemos utilizar estos puntos gente que se siente segura y que confía en ellos. Amigos como Antonio en la Renclusa rumbo al Aneto, Luís en Góriz rumbo al Perdido o Chema en Orús con la mirada puesta en el Posets le hacen pensar a uno en que no sólo los rescatadores, pilotos y médicos se encargan de nuestra seguridad.
También tenemos cocineros, cuidadores, comunicadores y sobretodo amigos que vayas cuando vayas siempre te están esperando con los brazos abiertos.

Hoy va por ellos y por los sitios que regentan, porque son uno de los elementos que aportan mayor seguridad al montañero y muchas veces no se reconoce su trabajo.


Un saludo a todos

Aker

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