28/6/14

Entrenar por entrenar

Estos últimos días, personas completamente desconectadas entre ellas, me han preguntado cómo enfoco el tema del deporte en mi día a día, cómo mantengo la "motivación", los objetivos...

La verdad es que me ha llamado mucho la atención puesto que, las personas que me conocéis lo sabéis, en mi día a día salgo a entrenar "por entrenar", por sentirme bien, para ser feliz.


Debo decir que no me gusta la competición. Ojo, admiro profundamente a las personas que compiten, que encuentran sus motivaciones del entreno diario en fechas marcadas en el calendario con nombres de carreras, de travesías, de marchas... Yo no sirvo para eso. Nunca he sido competitivo, me paro si considero que me gusta una vista, un rincón, un detalle del camino. Hago fotos, respiro, huelo, escucho.. no sé me gusta sentir por un momento que formo parte de algo y que todo ello es infinitamente más grande que yo.

Sentir que no soy nada dentro de algo que me lo da absolutamente todo. La montaña, los animales, las sensaciones, las emociones.... Esas son mis motivaciones para mantenerme en forma. El saber que mi organismo puede llegar a encontrar el equilibrio en las alturas, en la soledad, en el frío...

Paso mucho tiempo solo. Entreno el 99,9% de las veces en solitario, en compañía de mi mismo. Me sirve para pensar mucho, para ordenar muchas de las cosas que no gustan en el día a día, para preparar semanas de trabajo, estudio o incluso semanas de relax en las que planeo cientos de cosas y termino haciendo completamente lo contrario a lo que he pensado... Supongo que de eso se trata.


No hago trabajos de calidad. ni series, ni velocidad... Aunque me gustaría conocer todas esas modalidades; es algo apuntado en esa interminable lista de "algún día lo haré". Simplemente salgo a correr. Descanso principalmente los Lunes, los martes intento ir un poco más rápido de lo normal y el resto de días los paso disfrutando del deporte y la naturaleza. Hay días para todo claro está, pero creo que la libertad que me permite el no fijarme objetivos concretos me hace disfrutar sobremanera de lo que hago (en mi caso claro ;) ).


No sé muy bien porque escribo esto, pero sentía que tenía que hacerlo, me apetecía dejar escrito las motivaciones que me llevan a ordenar mis días para tener ese tiempo de soledad, de balance y sobretodo de felicidad.

Lo único que sé seguro, es que soy feliz haciéndolo.





10/5/14

Balance de la temporada de invierno 2014: SER PROTAGONISTA DE TÚ PROPIA HISTORIA


La verdad es que siempre que intuyo que me toca escribir el balance del final del invierno intento resistirme, no vaya a ser que surja la oportunidad de poder ganar algunos metros más de desnivel con los esquís puestos en el último momento, pero muy a mi pesar, por este año creo que no van a haber muchas más oportunidades. ¡Dichosa carrera! ;)

La verdad es que soy un llorica como decimos por aquí… Una temporada que empieza el 30 de noviembre y termina el 30 de abril no admite lugar a queja pero uno es caprichoso sabe usted…
La verdad es que ha sido una temporada realmente excepcional. He logrado encontrar el ansiado equilibrio entre hacer las cosas bien hechas en la carrera y poder disfrutar de cada segundo libre subido encima de dos esquís que se han convertido, sin duda, en mis dos mejores amigos.

Los que más o menos me conocéis, sabéis que no soy para nada un fanático de los números… Ni tantos metros de desnivel, ni tantas horas de entreno ni tantos logros… Sabéis que unas veces a un ritmo alto, otras de paseo, otras con amigos u otras en solitario lo que a mi realmente me suma es cada uno de los momentos de los que he pasado sobre los esquís o alrededor de este mundo. Pero eso, gracias a Dios, el Ambit no puede registrarlo ;)

La temporada empezó con una escapada el día 30 de noviembre. Una de esas escapadas que responden a las ansias de huir de lo que rodea y agobia. Evidentemente, los esquís iban en el maletero por si acaso puesto que ni el 26, ni el 27, ni el 28 había nevado apenas un copo pero la noche del 29 al 30 empezó y ya no paró… Llegué a Llanos del Hospital y la carretera ya tenía más de 25 cm de nieve recién caída encima así que, casi gritando de las ganas que tenía después del verano, me puse los esquís y empecé a abrir huella. La verdad es que estaba muy motivado y apenas fui consciente de que, lo que normalmente lleva una hora y media escasa se estaba convirtiendo en una aventura de casi 5 horas… Llegué a la Renclusa congelado, pero feliz.
Ese podría ser un buen resumen de esta temporada: Disfrutando, sin prisa, y con la ilusión de un niño con un juguete nuevo cada día.
En lo que ha montañas se refiere, la verdad es que este año la Maladeta se ha convertido en la montaña fetiche. Subidas y bajadas de escándalo en poco más de 2h y 30’, tiradas hasta pasadas las popas para ganar fondo físico, jornadas de exploración de nieve polvo con canaletas, canales, canalones y canalotes de ensueño… Buf, cuesta poner todo por escrito…

La verdad es que me encanta ir solo a la montaña, disfruto, me siento libre, protagonista de mi historia… Nosé, me siento bien. Pero lo cierto es que también esta temporada han habido compañeros de nieves que han hecho que disfrute aún más si cabe. Julia, Satur, Carla, Esther  y un largo etcétera.


No obstante, y sirva esto ya como cierre de este balance, no quiero dejar pasar la oportunidad de mencionar a tres personas que sin duda han marcado, un invierno más, la temporada.


En primer lugar Adri, gracias por enseñarme rincones escondidos de esas bajadas, por enseñarme a bajar el culo y girar la cadera. Hemos pasado muchos días mano a mano en el refugio. Han habido días de grandes esquiadas con una nieve que ni soñada cuando nos quedamos aislados por la avalancha de la carretera, pero también han existido días en los que ir a hacer la meteo se convertía en algo realmente extremo por la meteorología, donde hacía falta casi una hora de paleo para poder salir de casa, donde las tardes de tormenta y nevada pasaban gracias a un disco duro lleno de temporadas de House…  No tengo palabras, gracias de verdad. Navidad, San Esteban, Fin de Año, Fallas Valencianas, San Jorge…. #sinpalabras.


Y, como no, las otras dos personas son las que han hecho posible cada segundo con colores blancos. Ellos son Antonio y Mari.

En ocasiones en nuestras huellas se cruzan otras que nos enseñan cuál es el mejor itinerario, que nos corrigen los virajes mal hechos y que nos dan la capacidad de poder dibujar sobre las montañas las mejores curvas, y ellos, con toda la confianza que han depositado en mí,  se han convertido en, probablemente, dos de las personas que más quiero. Mari con su inconfundible forma de ser me ha dado el cariño, la oportunidad y la confianza. Antonio con la imborrable sonrisa de su cara me ha regalado la experiencia, la profesionalidad y la oportunidad de seguir creciendo. Y tantas otras cosas que mejor no sigo que esto parece una telenovela jeje pero quería que quedase claro que si Alberto saca lo mejor de sí mismo es gracias a ellos.


Y poco más señores, más de 13.000 metros de desnivel acumulado, más de 44 horas esquiando y sobretodo… más ganas de seguir creciendo.

La nieve ya se nos está fundiendo… y ahora toca ponerse las zapatillas, mirar al suelo y seguir haciendo lo que más me gusta. Sentirme parte de algo muy grande.


Entalto La Renclusa


Alberto.








25/10/13

Balance de la temporada de verano 2013: Vivir en las alturas


La verdad es que antes de ponerme a escribir este balance he tenido que hacer una revisión más que completa de las 1036 fotos que componen el álbum llamado "verano 2013".

Como podéis imaginar, este sí, este ha sido un verano en el que el 26 de Junio me instalé a más de 2000 metros de altitud, aún con las montañas llenas de nieve y no bajé hasta el 1 de septiembre.

Suena bien verdad?? Pues imagínate lo que ha supuesto en mi...

He tenido la gran suerte de poder dedicarme a entrenar, a sentirme parte de algo grande, único, duro y serio como es la montaña y el ambiente que gira entorno a ella. 

Experiencias han habido muchas, muchísimas, todas ellas marcadas por la esencia de la más pura altitud, del frío, de las situaciones en las que aún sabiendo que iba al límite me apetecía apretar, salir a disfrutar, salir a sentir la montaña dentro de mí, formar parte de ella.

¿TrailRunning? Por supuesto que sí. Casi a diario. He aprendido a correr en muchos terrenos que no yo sabía ni que existian, he sabido adaptarme a las condiciones de la montaña, ya que desde el primer momento supe que era ella la que mandaba, era ella la que tenía que marcar el ritmo, las rutas, las sensaciones.... A mi merced sólo quedarían las emociones que todo ello me suscitaba por lo que seguro que, teniendo ella mayor carga de responsabilidad, los grandes momentos estarían garantizados. Y así fué.

De día, de de noche, buscando amaneceres y atardeceres, bajo el sol más justiciero o la lluvia más heladora ahí estaba ella, a la altura de las circunstancias para otorgarme la emoción más bonita de este mundo que es sentirme en mi sitio, en mi lugar... En mi montaña…

¿Alta Montaña? Buf! Por supuesto... Mucha. El mero hecho de vivir por encima de los 2000 metros ya hacía que todo lo relacionado con moverse alrededor de casa supusiese una actividad en montaña pero estar tan cerca de grandes montañas que me han marcado mucho me ha permitido concerlas mucho mejor, subirlas, bajarlas, cruzarlas, jugar junto a ellas a esa utopía llamada felicidad constante. No hay palabras que puedan definir lo que sentía al ver salir el sol mientras me encontraba camino a un pico, con mis botas, mi mochila y mi tocho de avellanera :)

Vale, y de todo eso, ¿qué opina el cuerpo? La verdad es que la primera semana el pobre necesitó su tiempo para adaptarse, la altitud y las presiones atmosféricas son valores que afectan muchísimo a nuestra fisiología pero luego... buf! luego fué todo rodado, notaba el cansancio en mis piernas al final de la semana pero me apetecía seguir corriendo... y sino me ponía a andar! que más da!! Si levantaba la mirada me quedaba totalmente KO al ver lo que me rodeaba, al escuchar los animales, entenderlos, conocerlos... Al final del verano ya sabía hasta dónde vivían o por que lugar debía de pasar para no molestarles...
 
¿Y ahora? ¿Ahora qué? Sobran las preguntas así como las respuestas. Sabéis lo que toca... Toca seguir entrenando, día a día, semana a semana, poco a poco se irán enblanqueciendo las laderas, sacaremos los esquís de montaña y volvermos a sentir las sensaciones tan increíbles que siento al deslizarme con mis pieles de foca por lugares de ensueño... y la verdad es que ahora ya hecho de menos el frío y la nieve jejeje :))
 
¿Calendario?¿Retos? Uy... Calendario aún por terminar de definir... Y retos sí, un par en el tintero que se están cociendo a fuego lento en mi mente.... Esperemos hacerlos realidad.


Un fuerte abrazo a todos!!! A seguir! 

Aker.


PD: por último, quiero dar las gracias a cada una de las personas que este veranos han compartido tiempo y ganas a mi lado, no necesariamente entre risas que ha sid ola tónica más que habitual. Simplemente el mero hecho de aprender a vuestro lado ha hecho de mí alguien diferente y mejor... y eso no tiene precio.


2/6/13

AuRun night Trail: Disfrutar a ritmo de gaita



Ayer tuve la gran suerte de ser invitado a una carrera que, la verdad, creo que dará mucho que hablar.

Para empezar, dejarme que os ponga en situación: Castelldefels. Parque natural del Garraf. Temperatura agradable. Dos amigos y yo. De espaladas uno parece Krupicka (Marc), el otro una especie de Jornet a la barcelonesa (Edu).

Denominador común? Cachondeo, risas y mucha, muuuuucha calma.

El tema se empezaba a poner todo lo serio que se podia. Rampa de salida, rocky de fondo, y ¡PAM! A correr. Vueltecilla para calentar las piernas, paso por donde estaban todas las familias y enfilada hacia la Morella, punto más alto de carrera.

Las sensaciones que tenía de subida eran inmejorables. Piernas sueltas, respiración relajada, presión cero. 

Rápidamente Marc hace uso de sus gadjeto-patas y literalmente se pira del panorama. Edu se rezaga un pelo pero sé que si me giro a mirarle o me pega una colleja o me pego un traspiés con las rocas que había por allí.

Voy a mi bola, pienso en muchas cosas que han de pasar estos días, me lo tomo no como una carrera sino como una especie de entrenamiento rápido con amigos (si, casi 160 lo sé) así que disfrutar se convierte en mi estrategia, como siempre.

Hasta el primer habituallamiento la verdad es que genial, adelantando a bastantes. La naranja a modo de dopping que me da una amable chica me da alas y enfilo la subidilla hasta el punto culminante de la carrera. 

Dicen que la cima es lo mínimo de tierra y lo máximo de cielo pero si le pones un ritmo gaitero y el comentario del de atrás “joder, que rápidos somos, ya estamos en Galicia” la verdad es que lo hace todo bastante más épico/divertido/auténtico… Quédate con el adjetivo que quieras.

Pero bueno, como todo lo que sube baja, tocaba tirarse monte abajo y claro, ya me conocéis. Ahí bajé el ritmo drásticamente. Admiro a los que os tiráis cuál Kilian monte abajo pero a uno le queda mucha montaña por delante este verano y un esguince ahora pues como que no, la verdad.

Al cabo de un rato, sobre una senda más bien llana oigo un “Aker!!”. Sí, es él, Edu me ha dado alcance. 

Aquí empieza lo que andaba yo buscando: Trail, amigos, vistas y cachondeo general. Vamos poniéndonos al día mientras oscurece. Llevo mi forntal en la mano y en un momento dado la enciendo a modo de test de visión. El tema mejora drásticamente así que paramos un instante y nos ponemos las frontales. Edu con su modo antorcha y yo con mi modo vela vamos descontando kilómentros, difrutando de los corredores terrosos que nos ofrece la prueba, sintiéndonos como dos animalitos. 

Llegamos al segundo avituallamiento. “justo a tiempo” pienso. La verdad es que llevaba el Flask de mi Slab Hydra de Salomon vacío hacia unos 6 km y me apetecia refrescar un poco. Rellenada de tanque y a por el último ataque!!! Nos lanzamos con Edu, luego pagaré un poco esa pasada de motivación pero de sensaciones se vive y eso ya no me lo quita nadie!

Últimos kilómetros, empiezo a sentirme cansado, no he dosificado demasiado bien este último tercio de carrera y las últimas cuestas no las llevaba en mente. Edu me recuerda que “Todo está en el coco” y tiramos, como dos animalitos monte arriba y monte abajo hasta que enfilamos el final: apretada de ambos, cruce de meta, abrazo, grito y lo mejor, una experiencia que no se olvidará.

Gracias AuRun por la oportunidad de vivir estos 20km. tras 9 meses sin competir. Carreras ahora hay muchas, pero conscientes de la dificultad que supone organizar esto os doy más que un 10 por esforzaros/saber congeniar familia (habían inflables para que los niños jugasen mientras corríamos!!!) deporte y buen rollo.

Corredores hay muchos, atletas otros tantos pero lo de ayer fue una prueba de Trail de verdad. Donde lo último es el crono, las marcas o lo que sea.

Porque lo primero, siempre, es disfrutar. Y ayer, conmigo, lo conseguistéis!!

REPETIREMOS!